Biografía
Tomada de:http://www.imaginaria.com.ar/2008/07/marina-colasanti/
Marina Colasanti nació en Asmara, Eritrea (1), el 26 de septiembre de 1937. Hija de padres italianos vivió su primera infancia en África, luego se mudó a Italia y en 1948, a la edad de once años, llegó a Brasil donde reside actualmente.
En su artículo “Leyendo en la casa de la guerra” Marina Colasanti recuerda sus años de infancia en Italia durante la Segunda Guerra Mundial:
“Cuando pienso en esos años, los veo atiborrados de libros. Son mis años-biblioteca. Y mis lecturas más emocionantes, esas que vivo hasta hoy como mi epifanía de lectora, me fueron dadas justamente en los dos últimos años de la guerra, los años más duros. (…) No teníamos amigos ni compañeros con quienes jugar. Estábamos solos, él y yo, él un año mayor, y en ese tiempo ni siquiera salíamos a la calle, a no ser para ir a la escuela. Las tardes se alargaban en la sala de muebles oscuros; la noche llegaba temprano, trayendo consigo la neblina del lago. Pero mi hermano y yo estábamos inmersos en las selvas de Malasia, con sus animales salvajes, galopábamos por las praderas del Oeste, construíamos casa en el tronco de las secuoyas, o navegábamos veinte mil leguas bajo el mar. Éramos piratas, cazadores, viajeros, pielrojas… Aún guardo en el corazón, con ternura y orgullo, mi nombre de squaw: Sole Ridente.” (2)
En 1952 ingresó en la Escuela Nacional de Bellas Artes y se especializó en grabado en metal. Entre 1962 y 1973 trabajó en el Jornal do Brasil como columnista, redactora e ilustradora.
Desde 1973 hasta 1993, fue presentadora de los programas de televisión Olho por Olho, Primeira Mão, Os Mágicos, Sábado Forte e Imagens da Itália.
Sus primeras obras estuvieron dirigidas al público adulto. Eu sozinha fue su primer libro, publicado en 1968. Desde entonces ha escrito más de cuarenta libros en distintos géneros: poesía, cuento, crónica y novela, tanto para el público adulto como para el infantil y juvenil. Entre sus libros para niños destacan aquellos pertenecientes al género maravilloso. En una entrevista para la revista Cuatrogatos (3) Marina Colasanti recuerda cómo se inició en la escritura de este género. La autora trabajaba en el Jornal do Brasil y debió sustituir a la editora de un suplemento semanal para niños que había sido encarcelada por la dictadura militar. Al no tener qué publicar decidió reescribir un cuento clásico y de este modo escribió un nuevo cuento de hadas. “Y fue así como, sin querer, me vi dentro de un universo encantado, de riqueza inconmensurable, del cual nunca más quise salir”.
En su artículo “La culpa es de los sofistas” (4) la autora reflexiona acerca del vínculo entre la literatura para niños y la ética: “La función de la literatura no está en el refuerzo de las instituciones, ni en la reproducción de los patrones morales vigentes. La literatura se vivifica y encuentra su función justamente en la crítica, en la deconstrucción simbólica, en la constante búsqueda del perfeccionamiento y crecimiento social.Literatura y didáctica moral son incompatibles. Pensemos, sólo por un momento, en cuál sería la reacción de un Calvino, de un Gore Vidal, si se les sugiriera una ‘transversalización’ moralizante en sus textos.
¿Por qué, entonces, aquello que cualquiera juzgaría inconcebible en el área adulta de la literatura es tan fácilmente aceptado cuando se trata de niños lectores?”
Para Marina Colasanti la imagen de un escritor que vigila con lupa la calidad ética de su texto, con el objetivo de no cometer deslices políticamente incorrectos es sencillamente lamentable. (5)“No hace mucho, una amiga alemana me decía que hoy, en Alemania, tratan de evitar este tipo de narraciones, y que los padres no dan a leer a sus hijos libros o relatos que incluyan guerras, violencia o muerte. El momento es pacifista.
Y yo me pregunté, no sin inquietud, qué clase de lecturas están dando a sus niños los padres alemanes. Todos recordamos aquel momento, luego aceptado como un gran error, en que los cuentos de hadas fueron enviados a la lavandería, para retirarles toda mancha de sangre. El resultado fue que, al limpiar la sangre visible, se drenó también la invisible, esa que corre por las venas de las historias, y las anima y les da vida. Y los bellos cuentos de hadas se tornaron pálidos, débiles, inexpresivos.
La verdad es que no existe una literatura ‘limpia’. Existen libros ‘limpios’, sobre todo para niños. Pero esos libros pueden no ser, y con frecuencia no lo son, literatura. Literatura es arte. Y el arte es tensión, conflicto, pathos.” (6)
En 1979 publicó su primer libro para niños: Uma Idéia toda azul, editada en castellano como Una idea maravillosa por Plus Ultra en 1991. Le siguieron, entre muchos otros,Doze reis e a moça no labirinto do vento (1982), O lobo e o carneiro no sonho da menina (1985), Um amigo para sempre (1988), Intimidade pública (1990) y Entre a espada e a rosa (1992). Tradujo al portugués a Jerzy Kosinski, Giovanni Papini, Iasuni Kauabata, Konrad Lorentz y Roland Barthes. Ha ilustrado la mayoría de sus libros infantiles y juveniles.
Marina Colasanti ganó el primer premio del Concurso Latinoamericano de Cuentos para Niños convocado por UNICEF y Funcec con su relato: “La muerte y el rey” en 1994; en tres ocasiones (1993, 1994 y 1997), el Jabuti que otorga la Cámara Brasileña del Libro. Con Lejos como mi querer ganó el premio Norma Fundalectura en el año 1996.
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